Según un análisis de la Contraloría, el país debe disponer de políticas y estrategias claras para hacer frente a esta posible pérdida de autosuficiencia.
El sector de gas natural se encuentra ante la perspectiva de la pérdida
de su autosuficiencia, escenario en el cual se podría generar un
aumento en el precio del combustible, y el efecto principal de tal
situación sería sobre las finanzas públicas, dado que el Gobierno
tendría que subsidiar un monto mayor de recursos a los estratos 1, 2 y
3.
Así lo señala un análisis de la Contraloría General de la República
sobre los escenarios que enfrenta Colombia ante la pérdida de
autosuficiencia de gas natural, que podría darse desde 2018, según un
diagnóstico presentado por la Unidad de Planeación Minera Energética
(Upme) en el Plan Indicativo de Abastecimiento de Gas Natural.
El análisis dice que el sector del gas natural puede afrontar la
posibilidad de una pérdida de su autosuficiencia, debido a los pobres
resultados de exploración y a los escasos descubrimientos de nuevas
fuentes diferentes a las conocidas como la Guajira y Cusiana, unido a la
dinámica del consumo, que podría convertir al país de exportador en
importador
“El cambio de posición de auto abastecedor de la demanda podría generar
aumento del precio, con la respectiva consecuencia de requerir recursos
adicionales para el pago de subsidios a los estratos 1, 2 y 3, en
virtud de la política nacional de masificación del uso de este
combustible al interior de los hogares colombianos”, sostiene la CGR.
En la actualidad, este programa cubre 6,5 millones de hogares, de los
cuales 85%, es decir 5,5 millones, pertenecen a los estratos
mencionados.
En 2013 el Gobierno Nacional destinó recursos del Presupuesto General
de la Nación (PGN) para el pago de subsidios por $288.633 millones y en
2014 lo hizo por $240.000 millones.
SE NECESITAN POLÍTICAS Y ESTRATEGIAS CLARAS
El llamado de la Contraloría General de la República es a que, en este
escenario, es imperativo que el país disponga de políticas y estrategias
claras y alcanzables que le permitan hacer frente a la posible pérdida
de autosuficiencia de este combustible, dadas las consecuencias que
acarrearía no solo a las finanzas públicas, sino al bienestar de la
población.
Según el organismo de control, una pérdida de autosuficiencia
implicaría la importación de gas natural pactado a precios
internacionales y se incorporaría el valor del transporte desde el sitio
de compra al destino, adicionando los gastos de transformación y
adecuación para su consumo interno (regasificación). De esta manera, el
combustible, con relación al precio interno, podría incrementarse.
Hoy en día, el precio al usuario residencial está regulado con base en
los valores internacionales del producto, sin adicionar los costos de
traslado y adecuación.
La situación descrita anteriormente podría tener como efecto que,
siendo el sector residencial el gran consumidor de gas natural
(compuesto en su mayoría por los estratos 1, 2, y 3 subsidiados por el
Estado), se generaría una presión adicional en las finanzas, que ante la
situación fiscal de la Nación, resulta totalmente inconveniente.
De tal manera, para la Contraloría General de la República resulta
imperativo que Colombia tome las medidas necesarias a fin de dar
claridad a la política de aseguramiento de abastecimiento de gas natural
y sus estrategias, en especial, en lo referente a las medidas adoptadas
con el fin de garantizar la satisfacción de la demanda esencial, en
caso que se tenga la necesidad de importar gas natural para este
segmento de usuarios o que se desee aumentar el cubrimiento de este
servicio público a más usuarios, particularmente del sur del país donde
aún no llega este combustible.
PERSPECTIVAS DEL MERCADO DE GAS
El análisis sobre el comportamiento del mercado de gas permite a la
Contraloría General de la República señalar que el Gobierno Nacional no
ha logrado aumentar las reservas con la aplicación de su política de
aseguramiento del abastecimiento de gas natural.
Considera la Contraloría que la expansión de la demanda de gas natural
programada en el Plan Nacional de Desarrollo 2014–2018, consistente en
el aumento de los usuarios residenciales en 1.006.035 hogares y la
conversión a gas natural de 537.899 vehículos, se ha cimentado en los
posibles resultados de las estrategias planteadas que hasta ahora han
sido infructuosas, como es el caso de:
*Un posible aumento de las reservas incentivando la exploración, que en la práctica no se ha dado.
*El retorno del gas exportado a Venezuela según lo pactado, proyecto que en los plazos establecidos no se ha cumplido.
*El desarrollo de hidrocarburos no convencionales,
tema sobre el cual el Plan Indicativo de Abastecimiento de Gas Natural,
en sus conclusiones, afirma que esta opción se encuentra en una etapa
incipiente debido a una falta de normatividad técnica para su
explotación y de un desarrollo adecuado de las técnicas de extracción,
lo mismo que la ausencia de normas ambientales que hagan factible su
extracción.
*Y la puesta en marcha de la infraestructura necesaria
para facilitar la importación de gas natural, que consiste en dos
regasificadoras: una en la Costa Pacífica y otra en la Costa Atlántica.
Estos dos proyectos fueron presentados a posibles inversionistas
privados, siendo el proyecto de la Costa Atlántica respaldado por el
sector eléctrico, con el fin de abastecerse independientemente con gas
natural importado, y debe entrar en operación en enero del 2016.
Sin embargo, sobre el punto anterior, la Contraloría estima que la
planta de regasificación es una solución que tan sólo ayudará a retardar
la pérdida de autosuficiencia, ya que los volúmenes importados
liberaran la demanda del sector eléctrico, trasladándola al sector no
eléctrico (domiciliario, industrial, petroquímico, vehicular); demanda
que, tal como está proyectada en el Plan Nacional de Desarrollo
2014-2018, aumentará progresivamente, ocasionando un incremento de la
producción que provocará la disminución de las reservas.
En el plan de abastecimiento de gas natural se tiene contemplado un
escenario conservador de disminución de reservas bajo los siguientes
supuestos: una expectativa del nivel de reservas sin adición y la no
importación de gas por el lado de la oferta; conjuntamente con una
proyección de la demanda interna con un crecimiento moderado del 3% y
sin exportaciones, sin contemplar situaciones climáticas de sequía en
las que el sistema eléctrico duplica su demanda de gas.
Se estima que a partir de agosto de 2017 empezaría una etapa de pérdida
de autosuficiencia, la cual podría ser definitiva a partir de
septiembre de 2019.
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